sábado, 21 de septiembre de 2019

Prueba número 7: Diario de Akira Zhou


¿Está esto encendido? Llevo años sin usar este cacharro, no sé siquiera si está encendido, pero espero que no la haya cagado demasiado.
23 de enero de 2037. Entrada grabada… bah, sé me ha olvidado el número, pon 999 y que la poli busque el último archivo.
Hola a quien quiera que esté viendo esto. Espero que seas poli o al menos alguien que se preocupe un mínimo por la gente de esta ciudad. Mi nombre es Akira Jones, antiguo miembro de Ricochet Inc., una empresa privada de seguridad. Esos cabrones de márquetin les gusta definir nuestro trabajo con chorradas como: actividades de apoyo táctico en operaciones de alto riesgo o suplementación logística y ofensiva en despliegue operativas prioritarias. Palabrería para tapar la verdad, somos carniceros que nos lanzan en primera línea de fuego para que arrasemos todo lo que encontramos, ya sea neutral o enemigo. He hecho cosas de las que me arrepiento con toda mi alma, pero antes lo único que quería era matar a quien tocase para coger rápido el transporte de recogida y estar antes de las seis en mi apartamento con una cerveza en la mano mientras echaba una partida.
Seguramente encontrarás esta grabación en un amasijo de escombros y carne quemada por culpa de esa bomba ahí, la cual he programado para que explote diez segundos después de que alguien abra esa puerta sin introducir el código de seguridad. Bonita, ¿verdad? La fabriqué hace un par de semanas por si las cosas salían mal y creo que he hecho un buen trabajo. Quien diga que las esculturas solo se pueden hacer en mármol y bronce nunca ha tenido la oportunidad de trabajar con C-4 maleable. Creedme, va a ser una imagen bonita de ver y, si la cámara sobrevive antes de cortar la grabación, puede que la veáis por unos instantes.
No, no soy un loco ni un tipo que se ha metido una dosis muy fuerte de Summerseisch, tan solo soy un soldado que se ha visto arrinconado. Cuando volví de mi última misión y me jubilé me prometí que colgaría el rifle en la pared y sentaría la cabeza, montaría un jardincito en la terraza, quizás buscarme un novio, lo normal. Por desgracia, parece que los problemas me siguen a donde voy, y un día que fui a tirar la basura me encontré a una chica a la que le estaban dando una paliza tres mastodontes. No soy imbécil, crecí en el Mazo y sé lo que es un tatuaje de banda, sabía que si hacía algo me llevaría un balazo en la cabeza tarde o temprano, pero ¿qué iba a hacer? En fin, lo importante es que dos minutos después estaba corriendo con la chica entre mis brazos y los abusones se estaban desangrando en el callejón con un buen corte en el estómago de mi cuchillo. Regla número uno de los operativos Ricochet: nunca salgas de tu casa sin el cuchillo enfundado en tu cintura.
Al final llevé a la chica a mi casa, lo cual fue una estupidez porque en ese momento me convertí en el responsable de la muchacha. Pensé en llevarla a la policía o con su familia, pero tan solo hubiera servido para que le cortasen el cuello más tarde. Al principio intentó callárselo todo, pero no era una imbécil, así que con amenazarla un poco cantó como un pajarito.
La historia es la misma que han tenido que sufrir muchos y muchas en estas calles: chica huye de casa por culpa de una familia de mierda, chica conoce chico, chico está metido en rollos chungos con la mafia, chico huye del país sin contarle nada a la chica, chica acaba muerta y con todos los huesos rotos en el primer contenedor que encuentren porque la mafia se cree que les está mintiendo. No sé por qué, pero Chang´e me dio pena, me recordaba a una amiga que tuve o quizás quería hacer un poco de bien después de lo que pasó en mi trabajo.
Le di algo de dinero y la mandé con un conocido que estaba metido en el chanchullo de los documentos falsos. Creí que un coche y un pasaporte a nombre de Marie Han bastarían para que no tuviese más problemas, por ello me cabreé tanto cuando esos hijos de puta me mandaron los dedos de Chang´e en un estuche de pluma.
Fue en ese momento cuando algo dentro de mí se encendió. Cogí mi rifle, mi antiguo equipo de operativo y me dirigí a los muelles. Si pagas lo suficiente puedes obtener la información que sea, y no me costó ni una hora descubrir donde tenían a la chica. Era un almacén abandonado, de esos que las puertas están hechas de chapas oxidada y la gente no tiene ni diea de cómo no se ha caído todavía. Conseguí acceder hasta el tejado gracias a mi equipo y entré en la nave desde el conducto de ventilación. Chang´e estaba atada a una silla vigilada por cinco tíos trajeados y armados hasta los dientes, y un tipo gordo y asqueroso se reía mientras otro jugueteaba con un cuchillo y la piel de la chica. Se me olvidó por completo el plan que tenía y, casi sin pensarlo, me tiré de lleno al suelo y me lie a tiros con esos cabrones. Cuando cesó la nube de pólvora, estaba rodeados de cuerpos, Chang´e respiraba y yo solo me había llevado un balazo que no le dio a nada importante. Un éxito rotundo.
Desde entonces he estado persiguiendo a los mafiosos de esta ciudad por mi cuenta. Han sido unos meses muy moviditos, pero sobre todo eficientes, ya ni recuerdo cuántos cuerpos he dejado atrás. Creo que ahora tengo un mote en las calles, el perro de Tánatos si no me equivoco. Es un apodo de mierda, pero el decirlo en alto hace que los mafiosos se caguen en los pantalones.
Obviamente no utilizaba mi piso como mi base de operaciones, no soy estúpido, pero si buscan en el cuarto piso del edificio Asaki entre la séptima y la décima encontrarán un piso con todo lo que necesitan para empapelarlos: nombres, fechas, rutas de entrega, negocios de drogas, armas y trata de blancos… Soy vuestro genio particular, solo que en vez de convocar dinero o palacios me cargo a gente.
Será mejor que me dé prisa antes de que esos tipos aparezcan de la nada. Chang´e se ha marchado del piso fantasma en el que no estábamos escondiendo y me he asegurado de que no puedan encontrarla. Sin embargo, no voy a correr la misma suerte. Yo ya estoy condenado la muerte, si no me mata la pérdida de sangre por el balazo que tengo en el muslo, lo hará la pistola del capo que hayan mandado a por mí o mi bomba. Me han localizado, y seguramente ahora mismo están viniendo hacia aquí con la artillería pesada. Por eso grabo este vídeo, porque sé que necesito que alguien acabe lo que he empezado, y consiga que toda esa gente se pudra en una celda o bajo tierra.
Pues eso es todo, ya decidirás qué haces con esto, pero al menos hazme el favor de hacer lo correcto y de no dejarte matar. Yo creo que me voy a sentar en ese sillón de ahí. Y ya que estamos, voy a coger la botella de whisky que me regalaron por mi jubilación, que con la tontería no he tenido oportunidad ni de mojarme los labios con ella. Aunque conociendo como de tacaños son los ejecutivos, seguro que sabe a rayos.
Ah, esto es gloria, la verdad es que no me importaría desangrarme en este sillón. Vaya, parece que ya han llegado, es eso o mi vecino ha invitado a diez tíos que les gusta llevar botas metálicas. Bueno, veamos cómo acaba esto.
>> Tú… ¿Tu eres el perro de Tánatos?
Así me llaman algunos. Bueno, los hijos de puta y los mata niños como vosotros.
>> Deberías cuidar tus palabras cuando alguien te apunta con una Magnum.
¿Para qué? Si yo ya estoy muerto, déjame que diga lo que me dé la gana.
>> De acuerdo, ¿unas últimas palabras?
Joder, lo sabía. Es un whisky de cuarta. Primeras calidades mis huevos.
>> ¿Qué es ese pitido?
Ah, ¿eso? Tu jubilación adelantada.

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